jueves, 16 de junio de 2011

Al tuntún de la luna y las mareas

Ya no es posible pretender amar sólo en febrero, ni al tuntún de la luna y las mareas. Si se apagan las velas, que se apaguen; si se mueren las rosas, que se mueran; si se pierde un guante, bien perdido está. Nada se parece a ti, y por tanto me parece conveniente no compararte con nada. Más que harto estaba ya de la traición gélida de los espejos. De la trampa y el cartón de los misterios y la coquetería boba de las leyendas, los laberintos, los crucigramas.

Sentado en la cocina y apoyada la espalda contra el frío real, me dispongo por fin a quererte, pero no como los niños con ese amor caprichosamente desesperado, no entre los tesoros que en realidad no tengo, sino en serio.

Con las palmas hacia arriba y los ojos bien abiertos.
Ray Loriga



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