jueves, 18 de agosto de 2011

¡Hasta pronto!

Estaban todos en la habitación, cómo no la de Lalo, hablando, riendo como siempre y se durmió. Estaba tan cansada... Pero de repente se despertó y al no sentir a los demás a su lado y se levantó para ir a buscarlos... Pero aquella era su habitación. No la de Lalo. Y lo peor era que estaba a miles de kilómetros de ellos y saber esto fue un mazazo aún más duro que la despedida. Y le duele pero en cierto modo eso lo alegra porque siempre se dice que lo que te duele nunca se olvida. Y cada kilómetro que la separa de ellos la mata lentamente. Cada minuto, cada hora que pasa sin ellos le duele a pesar de que el tiempo juntos fuese tan corto... Pero tan intenso, lleno de alegrías, de sonrisas, de lo más importante: de amistad.

Y por todo esto y mucho más sabe que nunca olvidará a ninguno: a la morenita que mordía a todo el mundo, a los locos de los gemelos, a la venezolana con la sonrisa más bonita del mundo... A ninguno. Y sabe que por mucho tiempo que pase esto no es un adiós, tan sólo es un hasta pronto, porque algún día los volverá a ver. Y mientras tanto seguirá siendo la peor imitadora de venezolano del mundo, una artista loca y fumada a la que no le hacen falta sus porros, pero a la que le faltan a su lado cuatro amigos. Y como se niega a decir adiós a los que quiere y que tanto le han demostrado su cariño, que le han guiado en los momentos de ceguera, decide quedarse con un ¡hasta pronto!


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