lunes, 14 de noviembre de 2011

Felicidad

Ése era su nombre desde pequeñita, cuando su padre se lo puso por Felicity, un nombre tan inglés y tan lleno de alegría en un mundo plagado de sonrisas y de cariño. ¿Quién le diría que unos años después se sentiría así? ¿Tan vacía, tan lejos de todo aquello? Y todo cambió en un sólo día: años de felicidad truncados por unas cuantas horas....  Si pudiese volver atrás y borrarlas de su vida...

Aquel día ella se marchó llena de sueños y esperanzas a conocer el mundo, con ganas de devorarlo... Pero el mundo se la tragó y volvió sin nada, con las manos vacías, la cabeza gacha y lágrimas en los ojos. Todo lo que había echado tanto de menos en esos duros años ya no estaba, se había ido difuminando en la huella del paso del tiempo y ya no podía recuperarlo.

Cuando se dio cuenta de todo esto fue cuando cambió su nombre. Primero intentó que su nombre fuese Olvido, no quería recordar todos aquellos momentos felices que la atormentaban, pero los tenía demasiado arraigados.... Así que se llamó Soledad.


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