miércoles, 25 de abril de 2012

Escribamos algo bonito

Escribamos algo bonito... Dejemos volar la imaginación por una vez para escapar a la realidad. Tal vez a un lugar lejano y bonito o tal vez a algún recuerdo que guardemos con mucho cariño. Quizás aquella tarde en que me viste con mi vestido blanco... A mí no me gustaba nada, nunca me gustó pero se trataba de una ocasión especial y ese día tuve que ponérmelo  a regañadientes. A ti sin embargo pareció encantarte porque te quedaste embobado mirándome como si no me hubieses visto nunca. Y cuando te pregunté toda enfadada que qué mirabas me dijiste que no estabas mirando, que me estabas viendo de verdad por primera vez. Ahí me dejaste sin palabras por primera vez en muchos años así que ignoré lo que me acababas de decir y continué peinando a mi prima para su comunión mientras le intentaba hacer sonreír. ¡Estaba tan nerviosa la pobre...! No lograba quedarse quieta y estaba aterrorizada ante lo que se le venía encima. Y encima hacía un calor tremendo al estar en pleno verano. Recuerdo que después de la ceremonia estaba asfixiada... Y había una fuente tentadora a la salida de la iglesia... Y he de admitir que no me pude resistir. ¡Quién me diría que una semana más tarde quedaría con el chico que se quedó atontado al verme y que después se rió de mí al verme empapada... !

Un mes más tarde volviste a dejarme sin palabras cuando me besaste... Y dos años más tarde nos casábamos. Ahora, veinte años después de aquella tarde tan calurosa lo único que puedo hacer es guardarte en mis recuerdos y volar hacia ellos para no perderte, para no olvidar lo que es la felicidad y para no recordar que un día el mar decidió que serías suyo para siempre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario