miércoles, 6 de junio de 2012

La tristeza

Cuando todo está perdido y ya no queda nada a lo que agarrarse, si todo se derrumba y desaparece en un abismo sin fin, si todo lo que querías se desvanece entre ilusiones, si los que quieres ya no están... Si ya no te quedan más lágrimas ni voz para gritar, ¿qué te queda?

Quizás todo quede reducido a una canción y al vacío de no sentir nada más que agonía, a esa desesperación que es tu  perdición y que te lleva una y otra vez al borde del precipicio mientras que por el camino tus esperanzas y tus alegrías se cuelan por los agujeros de un alma hecha trizas que vaga como un barco sin timón en medio de la tormenta: a duras penas resistiendo el huracán que se le viene encima, más hundido que a flote, más cerca del fondo del océano que de las estrellas.


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