lunes, 26 de marzo de 2012

Frío

Se encoge, se abraza a sí misma y se tapa aún más con las mantas en un acto reflejo, como si la pusiesen proteger de todo el dolor, la desolación y la soledad que la rodean, como si así le diesen ese calor humano tan necesario y que no tiene. Pero la realidad es que no hay nadie que le pueda ayudar, que le abrace o que le alivie una mínima parte de esa agonía que siente y que hace que se estremezca y que sienta frío... Frío por ausencia de todos los que quiere y que se encuentran lejos, frío por esos abrazos y muestras de cariño que ya nunca tendrá, frío por no saber lo que pasará en un futuro, por no saber cómo cambiar las cosas, porque ya no le quedan lágrimas...

Suenan las doce campanadas de medianoche a lo lejos en algún lugar de esa ciudad extraña que nunca llegó a aceptarla como a una más y en la que todos sus sueños se vieron hechos trizas de un día para otro... Y dónde aprendió que la absoluta soledad es el peor infierno.


Ser sin existir

Ya no sabe qué hacer y también le reconcome no poder hacer nada. Es la desesperación del que observa una desgracia sin poder evitarla, sin poder cambiar las cosas. ¿Y qué culpa tiene? Ninguna. ¿Por qué se mortifica tanto entonces? Porque no lo puede evitar, porque le duele en el alma ver cómo pasa todo y quedarse al margen, inactivo, paralizado, inútil. Y a la vez sigue buscando una solución imposible a todo, esperando que suceda un milagro, que haya una aparición, que lo trague la tierra, no ver nada más, no sentir nada más, no seguir siendo o existiendo... Ser feliz y existir sin preocupaciones y sentimientos que le agobien, que le vayan agrietando el corazón poco a poco. ¿Pero si no siente nada, entonces, qué es? ¿Si no se preocupa por nada ni nadie, ni siquiera por sí mismo, en qué se convierte? 

Perdería lo más importante de un ser humano: los sentimientos... Sería un ser sin existencia, porque para existir hay que vivir con todo lo que conlleva.

Supervivientes

Una vez más no sé qué decir, no sé qué escribir. Quizás esto te resulte gracioso... Ambos sabemos que no callo ni bajo el agua como se suele decir, pero la vida puede dar muchas vueltas. ¡Malditas idas y venidas que nos obliga a hacer! Tan pronto avanzas como retrocedes, te levantas como te caes... Pero es irremediable, es la vida misma. Tal vez lo importante de la vida no sea vivirla, si no superar sus dificultades en una carrera de obstáculos sin fin en la que no hay un ganador, sólo supervivientes.