lunes, 27 de junio de 2011

Un sueño sin sueños

Y entonces me agarra y me desgarra por dentro, me ahoga, me empuja hacia el fondo. Y mientras tanto a cada segundo que pasa yo me muero un poco más en medio de esa agonía, de ese dolor tan intenso que me oprime el pecho, que no me deja pensar en nada más, en medio de esa sensación de vértigo en el estómago. Intento respirar, hablar o hacer algo para pedir ayuda. También intento luchar por mi vida, salir de ese pozo sin fin. Pero todo en vano: ya no me queda aire en los pulmones ni fuerzas y el miedo me vence. Y tampoco me quedan apoyos de ningún tipo. ¿Dónde están todos? ¿Por qué nadie me ayuda ya?

Ya no distingo nada a mi alrededor y mi vista se va nublando, se apaga.... Y mis ojos finalmente se cierran. Ya no siento nada, el dolor se fue y tan sólo es un vago recuerdo. Sólo queda el sopor y una última imagen en la mente: él, con su sonrisa, deslumbrante como siempre, inalcanzable. Pero también se desvanece poco a poco... Ahora sólo queda la oscuridad, pero es tan acogedora... Puede que incluso dulce. ¿Para qué querer ver si sólo te espera un mundo lleno de color, pero cruel?

Quizás un sueño sin sueños, sin colores que me hagan sufrir, sea la mejor opción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario